jueves, 5 de febrero de 2009

LA MALETA ROJA



Me costó encontrarla, pero había conseguido comprar la maleta aquella misma mañana: Samsonite, modelo spinner, 4 ruedas, 72 cmts, roja. Podía sentir el tacto arrugado de la nota en el bolsillo de mi falda. La apreté y me aproximé hasta la terminal de salidas. Faltaban diez minutos para las cinco.

No había probado bocado desde la noche anterior y el vacío me golpeaba el estómago. Me detuve en mitad de la pasarela llena de viajeros e intenté memorizar el máximo número de detalles. Me temblaban las piernas y temía caer desplomada. Éramos muchos, había demasiadas maletas, abundaban las rojas. La multitud paseaba una extraña mezcla de ropa y complementos. Pieles, maxibolsos con botines de plataforma, vaqueros, bermudas, sandalias. Todo el fondo de armario disponible en los cinco continentes. Un caniche con un abriguito a cuadros reclamaba la atención de un golfista vestido igual. A su lado, una pareja de ancianos endebles se enzarzaba en una discusión absurda sobre la disposición de sus baúles en un solo carro y, a mi izquierda, dos imberbes devoraban un bocata entre beso y beso, mientras una desbandada de adolescentes perseguidos por sus maestros corría hacia una de las colas de facturación. Detrás, una pequeña despistada con gafas y trenzas rubias me recordó a Laura.

Paré, descargué el peso en el suelo, respiré hondo y estrujé la nota con rabia. Cerré los ojos y traté de concentrarme en el recorrido. Pasado el quinto mostrador de facturación verá el luminoso azul de Finnair, gire a la derecha y continúe recto hasta llegar a la cafetería Colombia. Dispone de mesas en el exterior. Siéntese y espere. El contacto llegará a las cinco. Sentí una arcada. Me faltaba el aliento, la sala encogía y el ruido aumentaba. Recordé a mi pequeña apretando mi espalda con un abrazo esponjoso recogido en mi hombro. Ves, mamá, encajamos como dos piezas de puzzle, decía sonriéndole a la pantalla del portátil y cambiando los colores de mis diseños. Aceleré el paso y dejé de pensar. Me senté frente a un tipo enorme que hojeaba un periódico removiendo un café. No llevaba equipaje. Me fijé en sus zapatos afilados y su camisa morada. Por los pliegues, supuse que llevaba horas de retraso y espera.

Alguien se aproximó por mi espalda. Su olor leñoso y azucarado me recordó al almizcle. Con un movimiento felino cambió la maleta. El aroma se esfumó. Fue un segundo. A mi lado, una Samsonite, modelo spinner, 4 ruedas, 72 cmts, roja. Sólo sus pasos. No me giré. Esperé los treinta minutos indicados en la nota y sonó el móvil. Lo cogí.

-Elena, ¿dónde estás? Ha llamado la policía. Han encontrado a Laura. Está viva.

Relato corto. Taller de Escritura. 31 de enero de 2009.

(En esta ocasión, el ejercicio consistía en escribir un relato libre proponiendo una intriga resuelta en la misma historia)

Mi primera maleta fue roja.

Dedicado especialmente a chambarural y al tío paco...

http://chambarural.blogspot.com




5 comentarios:

  1. Está claro que es digno de aplausos; no te esperas más que un encuentro amoroso o similar... lo del secuestro coge de sorpresa...!!

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  2. ¡Genial, guapa!: Me ha encantado..has mantenido la intriga hasta el final y sobre todo me gusta como creas el ambiente de la estación.
    Este relato ya forma parte del contenido de la maleta del tío Paco.
    Un besote

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  3. La historia es genial, engancha desde el principio. Siempre me han gustado los aeropuertos, tanta gente, tanto equipaje a sus espaldas, tantas historias... pero como la tuya, pocas ; )

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  4. Muchas gracias Ana :)

    El relato es genial, no esperaba ese final. Seguire leyendo este blog tuyo, parece interesante

    Besillos

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  5. Te cambio el final, pero no tiene ninguna intriga resuelta:

    "-Elena, ¿dónde estás? Ha llamado la policía. Han encontrado a 6 Lauras, parece que el experimento de clonación se efectúo...pero existe un inconveniente, las células interfieren entre si y para que la Verdadera Laura viva las demás tendrán que ser exterminadas...ven pronto!, yo no puedo diferenciarlas!...tenemos que asesinar a 5 de las 6 Lauras."

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