viernes, 15 de enero de 2010

PIXHÍDRALA Y MASPODONTE

—He hablado con alguien que afirma conocerte mejor que yo. ¿Debería preocuparme?

Antonio se giró dejando cuajar las patatas a fuego lento. Soltó la espátula sobre la mezcla y la vio apoyada en el quicio de la puerta. Los ojos le brillaban.

—Qué tontería es esa.

—No sé. Dímelo tú. Estuve en el cine.

—¿Tú en el cine? ¿Desde cuando te gusta el cine? —dijo quitándose el delantal y dejándolo en el poyete.

—Desde nunca, pero tuve que hacerlo. Me contaron que la película te encantó. Me pasé hora y media intentando averiguar por qué.

Antonio sacó un mantel recién planchado del mueble y extrajo tres cubiertos del lavavajillas. Luego se acercó a su esposa, la besó en los labios y se adentró en el pasillo hasta el salón. Con la tela a cuadros cubrió la mesa. Ella lo siguió con la chaqueta al hombro y la mano en el bolsillo.

—Por lo visto Pixhídrala te ha cautivado. Una dragona astrónoma que pasea a un palmo del suelo y se ilumina al andar. Menuda tontería.

—Centellea.

—¿Qué?

—Que centellea. No como esos bichos que investigas con su luz verdiblanca y pegajosa, sino en arcoiris. Se incendia cuando sonríe con un resplandor que ilumina sus siete cabezas.

—Las luciérnagas también resplandecen, Antonio. Si aprovechásemos su radiación…

—Sí, ya lo sé, ahorraríamos energía, tiempo y blablablá, blablablá, blablablá... Yo la prefiero a ella. ¿Te fijaste en sus cabezas? Roja, naranja, amarilla, verde…

—Sí, en las siete. En la azul, la añil, la violeta. Un auténtica cursilada. No me extraña que las niñas nos volvamos tontas.

Antonio regresó a la cocina con su esposa pegada a la espalda.

—Y el otro ¿Cómo se llamaba?

—¿Quién?

—Mascla…Mastro…

—Maspodonte.

—Eso. Maspodonte. Menudo héroe. Cojo y tuerto.

Antonio pinchó la tortilla con el tenedor, comprobó que no había restos de huevo en sus dientes y apagó la vitrocerámica. No ha entendido nada, pensó. Seguro que se durmió a la mitad, después de inflarse a palomitas y sorber el hielo de la coca-cola.

—Maspodonte no es cojo. Tiene un solo pie y un único ojo, como todos los de su raza. Es un híbrido entre Arimaspos y Sciápodas.

—Un cafre. Siempre llega tarde.

—Sí, pero consigue avisar a Pixhídrala de las intenciones del rey.

Antonio llenó la jarra en el fregadero y simulando empuñar un arma retó a su esposa a llevarla al salón. Reni dejó la chaqueta en la silla y aceptó el desafío con ambas manos. Él la siguió con tres vasos.

—Esa es otra. Qué hacen dos raritos divagando sobre árboles mientras se acaba el mundo.

—Parece mentira que seas científica Reni. Ella es ecologista. Adora los árboles. Cuando se frota el lomo en la corteza del fresno es feliz. ¿No te acuerdas del berrinche de Carlitos cuando tiramos su pececillo al váter? —añadió regresando a la cocina y apagando el extractor—. Pixhídrala está triste porque el rey piensa talarlos y construirse otro jardín.

Reni abrió la nevera y cogió una lata. Al abrirla se inundó de espuma. Trató de impedir que se derramara chupando los bordes. Antonio volvió al tema.

—¿A que te gustó que Maspodonte le regalara su lente?

—¿Te refieres al monóculo roto que ella transformó en telescopio? —añadió relamiéndose los labios blancos—. Eso no se lo cree nadie.

—A mí me pareció romántico. Sacrificó su anteojo para que su chica cumpliese su sueño.

—Sí, y para confirmar que las estrellas se mueven y no permanecen quietas en el Universo. Otra invención absurda. Todo el mundo sabe que fue Halley quien llegó a esa conclusión, no una dragona fosforita ayudada de un tuerto.

—Qué pesadita estás. Que no es tuerto. Que es así. Raro. Como tú con tus manazas —dijo buscando la fregona para recoger la cerveza del suelo.

Reni lo miró pensativa y bebió otro sorbo.

—Bueno y todo para nada. Al final como siempre. Chica lista busca chico tonto y cuando está en el bote ¡zas!, desaparece.

Antonio dejó la fregona y el cubo y buscó otra lata en la nevara. Al tocarla miró a Reni

—¿La tuya está fría?

—No mucho.

—Y si se quieren tanto, ¿por qué no terminan juntos?

—Tenemos que llamar al técnico —dijo devolviéndola a la nevera—. Este trasto nos dará problemas.

—Pues porque no, Reni. Porque Maspodonte se debe a su pueblo y enamorarse de una Hidra significa el fin de su especie.

—Ya estamos con los tópicos. Chorradas.

—A ver ¿Tú que harías si por decreto real se impidiesen los matrimonios entre López y Garcías?

—Antonio, que yo no soy monárquica.

—Contesta…

—Que no Antonio, que no. Que por mucho que te empeñes, si el peludo enano y la dragona teñida no acaban juntos, se arruina la historia.

—Bueno… Está bien —dijo acercándose y pellizcándole la barbilla. —Tú ganas. Si a mí también me fastidia. Que diga Carlitos lo que lloré. Se me empañaron las gafas 3D y no podía ver nada.

Reni apuró la cerveza y se acercó a su marido. Antonio le abarcó la cintura y relamió los restos de espuma caliente goteando en la barbilla. Luego, con la mano derecha le acarició el entrecejo e intentó alisarlo.

—Como se os ocurra volver al cine sin mí me enfado.

Él negó con la cabeza y volvió a besarla. Esta vez despacio, entretenido.

—¡Carlos! ¡A cenar! Mamá está en casa.



Relato Corto. Taller de Escritura. 14 de enero de 2010.

(En esta ocasión, el ejercicio consistía en trabajar sobre bestiarios o seres imaginarios. Jugar con la fantasía es un reto divertido. Te permite traspasar barreras y adentrarte en mundos increíbles. No me extraña que muchos se hayan enganchado a este género literario.
Me hubiese gustado conocer mejor a mis queridos monstruos... PIXHÍDRALA, procede de la famosa tribu de las Hidras de Lerna. Es extrovertida, soñadora, seductora. Nunca posa los "pies" en la tierra y trabaja mirando el cielo. Es astrónoma. MASPODONTE, un híbrido entre el Arimaspos -raza humana con un solo ojo- y el Sciápodas -hombre de un solo pie-. Es bajito, pero fuerte. Fiel, romántico y entrañable. Trabaja en la corte real y sacrifica su amor por defender su especie. Un dramón, vamos.... ¿Alguien se atreve a dibujarlo?
La próxima vez, soy yo, la que no me pierdo la película... )

3 comentarios:

  1. Ay que bien me lo pasao leyendolo niña!!! Muy chulooooo... quiero maaaaass!!!

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  2. Dan ganas de ver la peli!! (Aunque no me gustara Avatar)
    Y de cenar con ellos... fantásticos personajes, los "reales" y los fantásticos.

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  3. Una situación genial y unos personajes geniales. ¿De verdad no hay ninguna película protagonizada por una dragona con siete cabezas y un cíclope con un solo pie? Pues deberían hacerla.

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