No paraba de hablar y comer al mismo tiempo. En dos horas, me contó un año de estupideces y hasta tuve que pagar la cuenta. Luego, pretendió venir a casa y aplastarme contra las sábanas para aumentar su ego. Destruirle la cara contra la almohada fue la única forma de liberarme. Hay tipos, señor comisario, que no entienden que dos copas de más no son suficientes para seducirme.
(Ejercicio para la tercera clase de escritura creativa en FNAC. De la serie, tres micros, tres crímenes)
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Mi enhorabuena.
ResponderEliminarSeis líneas, un relato completo y dos imágenes acertadas y originales ("aplastarme contra las sábanas"y aún mejor "destruirle la cara con la almohada") ¡Qué más se puede pedir!
Ana sigue así que me alimento con tus escritos.
;)
ResponderEliminarMe ha encantado, de verdad que sí!
Bicos!
Ufff, qué bonito... es increíble como en tan pocas palabras se pueden perfilar tan bien dos personajes y que te evoque tantas imágenes...
ResponderEliminarPrecioso.
Eres una bomba!
ResponderEliminarA ti te invitaría a unas virtuales cañas y, visto lo visto, seguro que disfrutábamos de un estupendo sexo literario-intelectual. ;)
ResponderEliminarBesos también para ti y feliz día!