miércoles, 24 de diciembre de 2008

TRANQUILA, SEÑORA, SU BOLSO ESTÁ EN EL JARDÍN


 

Al comprobar que le habían quitado el móvil en su casa, la dueña decidió llamar a su número desde el fijo. Al otro lado estaba el presunto ladrón.

-Tranquila señora, no se preocupe. Su bolso está al final de la rampa del jardín –señaló de forma clara, sujetando con la otra mano un cigarrillo a medias.

-¿Quién es usted? ¿Por qué me hace esto? ¿Dónde están mis cosas?- preguntó desconcertada.

- Yo… -Pronunció absorbiendo el humo y reteniéndolo un instante- Le estoy diciendo que el bolso está en el jardín.

- Pero ¿Cómo se atreve a entrar en mi casa? ¿Qué quiere de mí?... Ahora mismo llamo a la… ¿oiga? ¿oiga? ¿Sigue ahí?...

Apartó el teléfono de su oreja para mirar la pantalla. Le habían colgado. ¿Quién era aquel tipo? ¿Por qué había entrado en su casa? Y lo peor de todo ¿Por qué había respondido al teléfono que le había robado? No podía dejar de hacerse preguntas, mientras colgaba el auricular y se apresuraba a cerrar ventana, abierta de par en par, sin detenerse a pensar que, quizás, estaba borrando las huellas del delito.

Dudó un instante entre llamar a la policía o recuperar su bolso, antes de que la noche y la luz fundida de la farola complicaran la búsqueda. Comenzó a sentir frío; como si parte del aire revuelto al cerrar la ventana, se hubiese pegado a su estómago. Cerró los ojos y aspiró con fuerza para recuperar el aliento; entonces, apareció la imagen de aquel tipo raro que le había pedido fuego al salir del metro. Se había acercado por sorpresa mientras guardaba en la cartera el abono mensual.

-¿Tiene fuego?

-Depende- Sugirió coqueta al descubrir una sonrisa envidiable sobre un cuerpo diez -Perdone, claro. En qué estaré pensando…- Remedió bajando la mirada.

-¿Si no le importa?

Tras rebuscar en las marañas ocultas de uno de sus bolsos sin fondo, encontró una caja de cerillas del último restaurante al que le había invitado Damián, su ex–novio de toda la vida.

-El Oasis… ¿Suele ir por allí?

-No mucho. En realidad, sólo he ido una vez.

-¿Le gustó?- Pronunció absorbiendo el humo y reteniéndolo un instante.

-Sí, claro. Es un sitio caro- Matizó -Nouvelle cuisine, ya sabe…

Su sonrisa se transformó en una escalera de poker.

-Me llamo, Iván- Pronunció a la vez que sustraía una pluma del bolsillo de la camisa y escribía un número en la cajetilla -Cuando quiera volver, sólo tiene que llamarme- Añadió antes de dar media vuelta y apresurar el paso en dirección contraria.

Ella lo observó marcharse sin dar crédito a lo que estaba pasando. Aquel maravilloso enviado de los dioses se había acercado, le había hablado, le había sonreído, le había anotado su número de teléfono y… ¿le había respondido a su móvil? Abrió los ojos y la boca en un gesto exagerado de tragedia griega, regresando al presente. No podía creerlo… -¿Iván?- repitió en voz alta recordando su nombre. Apto seguido, avanzó hacia la puerta, se coló con pies de gata entre el romero y la madreselva y observó atónita su bolso colgado de la reja principal. Junto a él, una nota manuscrita y un ramillete de flores pálidas extirpado de su propio jardín. “Perdone, no tengo intención de asustarla. Es usted tan hermosa... No sabía cómo retenerla, la seguí, la ventana estaba abierta y el resto, ya puede imaginarlo… En fin, ya tiene mi número. No se asuste y llámeme cuando quiera. Sin rencores. Iván”. 

Relato. Taller de Escritura. 11 de noviembre de 2008.

(En esta ocasión, el ejercicio consistía en escribir a partir de algún artículo o titular de prensa que nos hubiese llamado la atención. Yo encontré una noticia en la que un ladrón había robado el bolso de una señora en su misma casa y le había respondido al móvil. El resto, por supuesto, es literatura...) 

3 comentarios:

  1. Me da a mí que una cosa como esta podría de sobra pasarte a tí, que eres tan especial. Cuando te vea, te contaré que me he peleado contigo en sueños...

    un beso mazapanero

    ResponderEliminar
  2. buen ejercicio...
    me voy a aficionar a este blog :D

    lydia

    ResponderEliminar
  3. Pues para mi ella tiene el rostro de Marisa Paredes, ¡¡lo tengo clarísimo!!

    ResponderEliminar